Mindful Eating.
La meditación Mindfulness se expande a muchos ámbitos de nuestra vida. La comida se ha llevado un gran aliado con ésta práctica. Y es que su práctica une la conciencia plena al momento presente y las sensaciones con la comida. Tanto corporales como emocionales. Ésto nos permite tener mayor gestión propia a la hora de mediarnos con las cantidades y alimentos elegidos. También hará que disfrutes más poniendo atención a los detalles que suelen pasar desapercibidos.
¿Adelgazar con Mindfulness?
Mindful Eating está siendo una herramienta clave para aquellas personas que mantienen su línea sin pasar hambre ni penurias. Con el trabajo de conciencia plena sobre tu cuerpo, aprendes a hacer caso de las señales del cuerpo. Esas que te indican que tienes sed en vez de hambre, que ya has tenido suficiente alimento. Que te apetece una comida en vez de otra porque su composición llama más la atención de tu estado fisiológico. Y otros aspectos que ayudan a tener mejor gestión de tu alimentación.
Mejorar la relación con la comida
Hay muchas personas que tienen una mala relación con la comida y pasan con dificultad el momento de alimentarse. Es esencial poder trabajar con Mindful Eating el cambio de relación que tenemos con el alimentarnos. También es común hacerse más partícipe del proceso de compra y de preparación de lo alimentos. Así, y poniendo una especial atención a las texturas, olores, sabores… se mejorará la conexión con la comida.
Comer sin ansiedad
Es típico que en ciertas épocas de nuestra vida a algunos nos dé por comer más sin necesidad de verdad. Ésto a veces sucede cuando estamos en una fase de ansiedad o estrés y están las emociones dirigiendo nuestras conductas. Para ello, haremos ejercicios de toma de conciencia y de aterrizaje al momento presente. Con el fin de tomar el control nosotros de la situación y no en base a lo que estamos sintiendo.
Disfrutar más de la comida
Es muy placentero en Mindful Eating separar todos los matices que tiene un alimento. Para ello prueba a relentizar tu forma de comer y poner atención plena a un único alimento por vez. Entonces, atiende a las sensaciones de tu boca cuando se acerca el alimento, nota incluso que puedes salivar. Con Mente de Principiante, enfócate en la textura que tiene, cómo huele, cómo sabe. Si tiene un punto más salado o más dulce, más amargo o más ácido. Cómo funciona tu boca masticando y saboreándolo todo junto con los dientes, la lengua y los labios. Y así, con toda nuestra atención puesta en el alimento y en nuestras sensaciones, persuádete de caer en distracciones.
¿Es una moda pasajera?
No lo creo. Cuando hayamos practicado lo suficiente Mindful Eating veremos que es nuestra relación con la comida mejora. Y eso es muy difícil de olvidar. Y es que aumenta en placer, en gestión personal, en cuidado hacia nosotros mismos. Y eso, aunque haya personas que, tras probarlo lo dejen, por comodidad o falta de rutina. El seguir haciendo Mindful Eating de manera informal se hará parte de su vida. Quizás, sin que tengan conciencia de que lo siguen haciendo.
¿Y tú, has probado a hacer Mindful Eating?
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