
Los expertos coinciden en asegurar que un 75% de nuestras percepciones vienen de la vista. Y que luego, en importancia, vienen el oído y el resto de los sentidos detrás. Casi el 50% de nuestra arquitectura cerebral está dedicada al procesamiento visual, flipa. Información que luego procesamos y con la que formamos una parte importante de nuestro mundo. ¿Y si dejamos la vista fuera de la ecuación? Empezaremos a escuchar un mundo rico en matices que nos empuja a estar en “el aquí y en el ahora”. Si sabemos cómo, nos facilitará vivir más en el momento presente y menos en las cavilaciones de nuestra mente. Quédate unos minutos y aprende cómo la meditación mindfulness centrada en los sonidos te hará redescubrir tu mundo.
Vamos a proponerte un ejercicio para tu día a día muy curioso y más útil de lo que a primeras pensarías. Avisamos de que vas a tener que esforzarte (un poco) para que puedas mantenerte haciéndolo. Y vale la pena (y la alegría, también):
- Explora las circunstancias de tú día fijándote en los sonidos que están ocurriendo. Los coches de la carretera, una puerta cerrándose, un perro ladrando, una tos de alguien que pasa, el sonido del teclado…
- Presta atención a ellos sin juzgarlos. No los clasifiques como agradables ni desagradables. Si te das cuenta de que es así, dite a tí mismo que no es necesario ahora catalogarlo como bueno o malo. Entonces sigue fijándote en los matices.
- Mantén la actitud por estas horas de que el sonido es simplemente eso. “El sonido es la sensación producida en el órgano del oído por medio de los movimientos vibratorios de cuerpos». Que llegan a tí a través de un medio: el aire.
- Ten en cuenta que la mayoría de las cosas por la que interpretas lo que escuchas de una u otra manera son por tu cultura. Por vivir específicamente en la sociedad en la que estás y en la que nacistes.
- Aprecia de las voces que oyes a tu alrededor su timbre de voz. Si son graves o son agudas. Eso si, dejando a un lado si te agradan o no.
- Mantén la mente en “modo principiante”. Proponte que todo lo que vaya a sonar (fuera y dentro de tí) que llegues a percibir es nuevo. Muy nuevo. Tan nuevo como si fuera la primera vez que lo escuchas y que lo analizas por partes. Como si de una canción nueva de tu grupo favorito se tratase. Como si tu mascota estuviera haciendo un ruido que nunca antes hubieras escuchado. Poniéndole toda la atención del mundo (que no es poca).
Ahora, puedes hacer la próxima meditación mindfulness centrada en los sonidos siguiendo las mismas reglas que te hemos propuesto. Te animamos a que la próxima práctica sea una meditación mindfulness centrada en los sonidos. Pon tu foco atencional en todo que ocurra dentro y fuera de la habitación. Deja entrar también a los sonidos que vengan de tu organismo o que provoques al moverte levemente. Otra meditación mindfulness complementaria es la de darle a la mente las indicaciones de atender solo a ciertos sonidos. A los producidos dentro del cuarto, o poner el foco solo los que vengan de tu organismo. O los que estés escuchando venidos de fuera de la habitación.
Con ello, entrenamos a la mente en seleccionar aquello que realmente nos interesa en ese momento. También meditamos para re-educarnos a nosotros mismo en no juzgar ni prejuzgar a lo que ocurra a nuestro alrededor. Quizás seas una persona asustadiza con los ruidos fuertes y quieras mejorar eso. Con lo que te ayudará a procesar mejor la situación. Incluso, recibir menos importancia de ruidos molestos. E incluso a no reaccionar de malas maneras en una discusión con alguien que es importante para ti.
Nos encantaría saber si has notado diferencias en tu vida tras hacer estas dos prácticas de meditación online que te proponemos. Y para qué crees que te puede servir en el presente en el que vives la meditación mindfulness centrada en los sonidos.
Entiendo que para prestar atención a lo que realmente se la queremos prestar, aprendiendo a evitar distractores???
Más bien tratamos de darnos cuenta de las distracciones, porque entendemos que se darán de forma natural. 🙂